sábado, 4 de enero de 2020

Sobre la diferencia sexual en La permanencia en lo negativo de Slavoj Žižek


Extractos de argumentos y elementos de la comparación sobre 

la diferencia sexual de Lacan a partir de las antinomias de la razón (dinámicas y matemáticas) en el libro  La permanencia en lo negativo de Slavoj Žižek.




La permanencia en lo negativo 
Título original: Tarrying with the Negative: Kant, Hegel, and the Critique of Ideology 
Slavoj Žižek, 1993.


El cogito y la diferencia sexual. La fisura kantiana en lo Universal

En estos párrafos presenta el tema de Kant sobre las antinomias.


Puede parecer paradójico hablar de una «fisura en lo Universal» a propósito de Kant: ¿acaso Kant no estaba obsesionado con lo Universal? ¿Establecer la forma universal (constitutiva) del conocimiento no era su objetivo fundamental? ¿Su ética no propone acaso la forma universal de la norma que regula nuestra actividad como único criterio de la moralidad, etc.? De todos modos, en cuanto la Cosa en sí se postula como inalcanzable, todo universal se interrumpe potencialmente. Todo universal implica un punto de excepción en que su validez, su control, se cancela; o bien, para decirlo en la jerga de la física contemporánea, implica un punto de singularidad. Esta «singularidad» es básicamente el propio sujeto kantiano, es decir, el sujeto vacío de la apercepción trascendental. Debido a esta singularidad, cada una de las tres críticas de Kant «se tropieza» con la universalización. (56)

En la «razón pura», surgen las antinomias cuando, al usar categorías, traspasamos nuestra experiencia finita y nos esforzamos por aplicarlas a la totalidad del universo: si nos esforzamos por concebir el universo como un Todo, este aparece como finito e infinito a la vez, como un nexo causal que todo lo abarca y que contiene seres libres. (56)

En la «razón práctica», la «fisura» es introducida por la posibilidad del «Mal radical», un Mal que, en su forma, coincide con el Bien (el libre albedrío en cuanto voluntad que sigue las reglas universales autopostuladas puede optar por ser «malvado» por principio, no a causa de impulsos empíricos y «patológicos»). (56)

En la «capacidad de juzgar» en cuanto «síntesis» de la razón pura y práctica, la división se produce por partida doble. Primero, tenemos la oposición de la estética y la teleología, dos polos que no forman un Todo armonioso juntos. Lo Bello es «intencionalidad sin propósito»: un producto de la actividad consciente del hombre, que lleva la marca de la intencionalidad, aunque un objeto se considera «bello» solo en la medida en que se experimenta como algo que no sirve a ningún propósito definido, que está aquí sin motivo o fin.  (56)

Las «fórmulas de la sexuación»

En este párrafo une lo sublime, las antinomias y la diferencia sexual

Sin embargo, el problema con esta explicación es que privilegia un modo de lo Sublime (lo Sublime superyoico «dinámico», que se manifiesta en la naturaleza furiosa, en la exhibición de una Fuerza intensa y concentrada que amenaza con abrumarnos) en perjuicio de su segundo modo, lo Sublime «matemático» (el vértigo que nos afecta cuando nos enfrentamos a una serie infinita cuya totalidad está fuera de nuestro alcance). Esta división de lo Sublime, de la intersección de lo Bello y la Teleología, en lo Sublime «matemático» y lo Sublime «dinámico», está lejos de ser insignificante, ya que se refiere directamente a la diferencia sexual. La teoría «oficial» de lo Sublime sostenida no solo por Kant, sino ya antes por Burke, su precursor y fuente, vincula la oposición masculino/femenino con la oposición Sublime/Bello[84]. En contraste con esto, nuestro objetivo es demostrar que, antes de la oposición Sublime/Bello, la diferencia sexual se inscribe en la división inherente de lo Sublime en matemático y dinámico. (64)

Cuadro de las antinomias


Antinomias dinámicas 
Antinomias matemáticas 
Las categorías se aplican a objetos que no pertenecen al orden fenoménico en absoluto (Dios, el alma)
Las categorías se aplican al universo 
  como un Todo, aunque la totalidad de los fenómenos jamás es dada a nuestra intuición finita
Poder sintético que va más allá de una                 mera intuición sensible, esto es, con la             
interconexión lógica necesaria de los 
elementos (nociones de causa y efecto)
Una multiplicidad accesible a la intuición sensible 
Heterogeneidad            
  Homogeneidad
Progresamos del efecto a la causa o  motivo, que (en principio, al menos)   puede pertenecer a un orden ontológico diferente (no sensible e inteligible)              
Todos los elementos pertenecen a la misma serie espacio-temporal
Un objeto que no pertenece a la «realidad»  concebida como campo de la experiencia posible  (Dios, el alma provista de libre albedrío, etc.)
La existencia real de su objeto (el 
 universo como un Todo)
Lo nouménico es lo no fenoménico                       

El campo de los fenómenos nunca está                                                                               completo
Son antinomias de la universalidad                        
la conexión lógica de los fenómenos en el nexo causal universal implica necesariamente una excepción                                                      

Paradoja, no se da ningún objeto en la intuición que no pertenezca al campo   fenoménico, el campo nunca es total:  No todo
El  objeto, alma o Dios no se concibe como objeto de la experiencia posible que la tesis y la antítesis sean  verdaderas
Tanto la tesis como la antítesis son falsas,                       El objeto no existe al que la tesis atribuye finitud y la antítesis adjudica infinitud  
El universo como Todo de la realidad                                                                                       fenoménica es una entidad que se contradice a sí misma             Usa categorías trascendentales constitutivas para el campo de la         experiencia posible, aunque a la vez 
supera la experiencia posible,                                                                                 porque el universo en su totalidad no       puede ser objeto de nuestra experiencia                 finita
Ideal de la razón práctica es interrumpir el nexo causal con un acto libre




la función universal implica una excepción constitutiva
Ideal de la razón pura 
la razón teórica tiende a completar la 
cadena causa representar todo el nexo causal que condujo al acontecimiento por explicar

la falta de excepción respecto de la
función F impide su ciclo universal

Fisura de lo universal, antinomias de la razón y diferencia sexual


(La sexualidad es el efecto que tienen sobre el ser vivo los puntos muertos que surgen cuando se enreda en el orden simbólico. La sexualidad el efecto sobre el cuerpo vivo del punto muerto o la incoherencia que corresponde al orden simbólico en cuanto orden de la universalidad. Kant plantea la fisura de lo universal, las antinomias de la razón pura. Las antinomias kantianas designan el momento en que la diferencia sexual se inscribe por primera vez en el discurso filosófico.)


Las antinomias («dinámicas») son «masculinas»
Las antinomias («matemáticas») son 
«femeninas»
Reproducen las paradojas de la universalidad constituida mediante la excepción
Reproducen las paradojas de la lógica
lacaniana y del «no-todo»

Las fórmulas de la sexuación

(Ex.notFx: existe al menos una x que
no está inscrita en la funciónF)

(Vx.Fx: toda x está inscrita en la funciónF)
(noEx.notFx: no existe ninguna x que no esté inscrita en la funciónF)

(notVx.Fx: no todo de x está inscrito en la
funciónF)

Lectura inversa de Jacques-Alain Miller en Extimite

antinomias femeninas
incoherencia
antinomias masculina
falta de completud

Las antinomias en la cuestión de los derechos humanos

«todo ser humano debe gozar de los derechos a… (la libertad, la propiedad, la salud, etc.)»,  siempre con una excepción latente en el fondo, en tanto él o ella se merezca el título de «ser humano»
«no debe negarse a nadie sus derechos específicos»


En el párrafo que sigue articula las antinomias y las fórmulas de la sexuación

¿Qué tiene que ver todo esto con la diferencia sexual[86]? Lacan intentó formalizar la diferencia sexual en cuanto hecho discursivo mediante sus «fórmulas de la sexuación», en las que el lado «masculino» de la función universal (Vx.Fx: toda x está inscrita en la funciónF) implica la existencia de una excepción (Ex.notFx: existe al menos una x que no está inscrita en la funciónF), mientras que en el lado femenino una negación particular (notVx.Fx: no todo de x está inscrito en la funciónF) implica que no hay ninguna excepción (noEx.notFx: no existe ninguna x que no esté inscrita en la funciónF): 

A propósito de estas fórmulas de la sexuación, debemos prestar atención al hecho de que están estructuradas como antinomias en el sentido kantiano, no como polos opuestos: la relación de contrariedad queda excluida aquí. (En el caso de la antinomia «masculina», por ejemplo, lo contrario de «toda x está inscrita en la funciónF» no es «existe al menos una x que no está inscrita en la funciónF», sino «no todo de x está inscrito en la funciónF»). El sentido común, por lo tanto, sugeriría que las fórmulas son equivalentes si se las vincula en dos pares diagonales: ¿acaso «toda x está inscrita en la funciónF» no es estrictamente equivalente a «no existe ninguna x que no esté inscrita en la funciónF»? Y, por otro 
lado, ¿acaso «no todo de x está inscrito en la funciónF» no es estrictamente equivalente a «existe (al menos) una x que no está inscrita en la funciónF»[87]? El objetivo de Lacan, por el contrario, es poner en duda estos dos signos de la ecuación: la función universal implica una excepción constitutiva; la falta de excepción respecto de la funciónF impide su ciclo universal[88].

Pie de páginas y notas al pie


En esta cita toma a Kant. Articula lo sublime y lo bello en relación al hombre y a la mujer y lo que denomina paradojas perversas. El valor es que articula hombre y mujer, si bien en relación a lo sublime y lo bello. Luego dirá que las antinomias matemáticas y dinámicas son antinomias que surgen de lo sublime. [84] Véase la sección 3 de Kant, Immanuel, Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y de lo sublime, Madrid, Alianza, 1990. Aquí, son de especial interés las paradojas perversas en que Kant se ve involucrado cuando se esfuerza por articular la interacción de una hermosa mujer y un hombre sublime: el mensaje último del hombre para una mujer es «Aun si no me amas, te obligaré a respetarme con la pura fuerza de mi grandeza sublime», mientras que la afirmación de la mujer es «Aun si no me respetas, te obligaré a amarme por mi belleza». Estas paradojas son perversas en tanto su premisa subyacente es que, para descubrir la grandeza sublime de la postura moral del hombre, la mujer debe dejar de amarlo, y viceversa: el hombre debe desdeñar a la mujer por su falta de actitud moral adecuada para experimentar el verdadero carácter de su amor por ella. En este sentido, Kant incluso ofrece su propia formulación de la imposibilidad de la relación sexual: en la sexualidad, el objetivo del hombre es o bien la universalidad no especificada de «cualquier mujer» (si es impulsado por la cruda pasión corporal) o bien la imagen de fantasía a la que ninguna mujer real puede corresponder en la realidad (la noción romántica de enamoramiento sublime). En ambos casos, el objeto real, la mujer real en su singularidad, es aniquilado.  



[85] Kant, Immanuel, Crítica de la razón pura, op. cit., pp.504-538 (B454-B488).  


Esta cita es importante por el lazo con Copjec de quien se siente deudor respecto de este tema. La duda que me había surgido es acerca de la autoría del tema. En el libro la Eutanasia de la razón más reciente, parece que cita a Žižek. Lo que dice aquí es de donde sale el tema. El Read My desire no lo encontré traducido al español.

 [86] Estoy en deuda con Joan Copjec por la noción crucial de homología estructural entre las «fórmulas de la sexuación» de Lacan y la oposición kantiana de lo sublime matemático y lo sublime dinámico. Este libro en su totalidad es una muestra de mi deuda teórica con ella. Cf. Copjec, Joan, Read My Desire, Cambridge, MIT Press, 1993.  

[87] Por supuesto que la F de Lacan significa la función de la castración (simbólica): «el hombre está sometido a la castración» implica la excepción de «al menos uno», el padre primordial del mito freudiano en Tótem y tabú, un ser mítico que ha tenido a todas las mujeres y fue capaz de lograr la satisfacción total. Para una explicación de estas «fórmulas de la sexuación», véase Lacan, Jacques, El seminario, libro 20: Aun, Buenos Aires, Paidós, 1982; los dos capítulos principales están traducidos en Lacan, Jacques et al., La sexualidad femenina, Buenos Aires, Homo Sapiens, 1985. Para una presentación resumida, véase también el capítulo 3 de Žižek, Slavoj, Porque no saben lo que hacen: el goce como factor político, Buenos Aires, Paidós, 1998.  

En esta cita plantea la cuestión de las fórmulas de la sexuación en la discusión por los derechos humanos.

[88] El reciente resurgimiento de los problemáticos «derechos humanos» ofrece una oportunidad para demostrar cómo la oposición de Lacan de las fórmulas masculina y femenina puede tener un «uso práctico». El abordaje «masculino» de los derechos humanos se basa en la universalización: «todo ser humano debe gozar de los derechos a… (la libertad, la propiedad, la salud, etc.)», siempre con una excepción latente en el fondo. Es fácil, por ejemplo, simplemente afirmar que cada x debe gozar de estos derechos en tanto él o ella se merezca el título de «ser humano» (es decir, de nuestra noción idealizada e ideológica de este), un movimiento que nos permite excluir en forma encubierta a aquellos que no se ajustan a nuestros criterios (los locos, los criminales, los niños, las mujeres, otras razas, etc.). Por otro lado, el abordaje «femenino» parece mucho más apropiado para nuestra actitud «posmoderna»: «no debe negarse a nadie sus derechos específicos», un movimiento que garantiza que los derechos específicos, los únicos que realmente importan, no serán excluidos como universalidad aparentemente neutral que todo lo abarca. Véase Salecl, Renata, The Spoils of Freedom, Londres, Routledge, 1993.  

[89] O bien, para decirlo en términos lacanianos, el hombre y la mujer «se dividen de manera diferente y esta diferencia en la división da cuenta de la diferencia sexual» (Fink, Bruce, «There’s No Such Thing as a Sexual Relationship», Newsletter of the Freudian Field, vol. 5, n.º1-2, 1992, p.78).  

Sobre Jacques-Alain Miller, el autor dice que este ubica las antinomias de la razón de forma inversa para el lado masculino y el lado femenino.

[90] Al parecer, existen fundamentos para hacer una lectura opuesta que vincularía las antinomias dinámicas con el lado femenino de las fórmulas de la 
sexuación y las antinomias matemáticas con el lado masculino: tal como señala Jacques-Alain Miller, las antinomias femeninas son antinomias de incoherencia, mientras que las antinomias masculinas son antinomias de falta de completud. ¿Y acaso las antinomias dinámicas no tratan de la incoherencia entre las relaciones causales universales y el hecho de la libertad? Por otro lado, ¿las antinomias matemáticas no dependen de la finitud, es decir, de su condición de incompletas, de nuestra experiencia fenoménica? (Véase Miller, Jacques-Alain, «Extimità» [seminario inédito], París, 1985-1986). Sin embargo, el carácter incompleto, de «notodo», del campo fenoménico en Kant no implica que algo existe más allá o fuera de este campo; en cambio, implica la incoherencia inherente del campo: los fenómenos jamás son «totales», aunque no haya excepciones, ni nada fuera de ellas. Solo la antinomia dinámica se refiere a la oposición entre los fenómenos y su Más allá nouménico

En este párrafo aparece el escándalo ontológico. El sujeto no es sustancia, la diferencia sexual no corresponde a entidades sustanciales y positivas. El escándalo ontológico de las antinomias parece plantear modalidades del cogito. Es la conclusión con un desarrollo sobre el cogito y la semejanza entre el sujeto de la apercepción  de Kant y el sujeto de la conciencia de Descartes

Y lo mismo aplica para la lógica diferencia sexual: es solo en Kant (es decir, en el momento en que el sujeto es concebido explícitamente por primera vez como no sustancia, y no como «parte del mundo») que esa diferencia sexual se convierte en lo que siempre ya era, no en una diferencia de dos entidades sustanciales y positivas, sino en el «escándalo ontológico» de los dos tipos de antinomias y, por lo tanto, en la diferencia de las dos modalidades del cogito. (71)

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