viernes, 25 de agosto de 2017

El rito de la presentación de enfermos, el gran amplificador del poder psiquiátrico

Michel Foucault. El poder psiquiátrico. La clase del 9   de enero de 1974
Notas sobre el poder de curar y la presentación de enfermos.


Comienza diciendo que el poder psiquiátrico actuaba en los inicios, hasta los 30-40 del siglo xix, como un complemento de poder dado a la realidad.
El poder psiquiátrico es una forma de administrar más que de curar, es una regulación -régimen de aislamiento, uso del tiempo, sistemas de carencias medidas, obligación de trabajar- y lucha contra la locura, como voluntad insurrecta, ilimitada, contra la voluntad de creer, de afirmarlo y de sostener el delirio. Concluye en decir que se trata de la dirección. Tema que abordará también en las clases 19 y 26 de febrero 1975, en  Los anormales,      28 de febrero 1978, en Seguridad territorio y población y 3 y 10 de marzo de 1982 en la Hermenéutica del sujeto.  
Por un lado,  la asocia a la dirección  de la conciencia de la práctica religiosa, pero el psiquiatra es el que dirige el funcionamiento del hospital y los individuos.
La dirección da a la realidad un poder apremiante,  un carácter inevitable, imponente, le asigna un complemento de vigor. Se tratará de replicar la realidad dentro del asilo y fundar el poder sobre la realidad. La Tautología asilar, consistirá en dar poder a la realidad y fundar el poder sobre la realidad. El primer paso será someter al loco al yugo de la realidad. El segundo yugo, será a través del ritual de la confesión del nombre, la identidad, su pasado, su biografía. El tercer yugo, será someterlo respecto de la enfermedad, que reconozca que está enfermo, que corrija sus acciones, que se deben a su defecto, o  su maldad, o falta de atención, o de presunción.  Cuarto, aplicar las técnicas concernientes al dinero. 
En fin, la cura se producirá a partir de los cuatro yugos;     1. La ley del otro; 2. La identidad; 3.  La no admisibilidad del deseo; 4. La inserción de la necesidad en un sistema económico.
Lo que determina el poder asilar es la marcación médica. Consiste en la omnipresencia, en la asimilación del espacio asilar al cuerpo del psiquiatra, que será el cuerpo por donde va a pasar la realidad de todas las realidades. Sin embargo, se pregunta por qué tiene que ser un médico. La respuesta es porque sabe, y sabe no por el contenido de un saber, sino por ciertas marcas de saber. Esas marcas están dadas por:
1. Un conocimiento de la biografía del paciente que pueda descubrir, y hacerle saber que sabe; 2. Por la técnica del interrogatorio clínico que no deja hilvanar el pensamiento del paciente; 3. La vigilancia que permita saber y demostrarle que sabe todo lo que hace o pasa; 4. Utilizar el remedio como una forma de castigo; 5 La clínica, la presentación del enfermo en el marco de una puesta en escena en la que su interrogatorio sirve para instruir a los estudiantes y donde el médico actúa en el doble registro de examinador del paciente y educador de los alumnos, de modo que será a la vez quien cura y quien es dueño de la palabra del maestro, será médico y maestro al mismo tiempo. (MF,2008,219)
Con esquirol en 1817 comienza esta práctica en la Salpetriere y de manera regular desde 1830 Jean Pierre Falret, uno de ellos, se preguntaba ¿Por qué hay que utilizar este método de la clínica?
Primero, el médico debe mostrar al enfermo que en torno de él hay una serie de personas que  están dispuestas a escuchar, que se escuchará más allá de que el médico no le preste atención. Su palabra se multiplicará. La presencia de un público numeroso y deferente da mayor autoridad a su palabra.
Segundo, la clínica es importante para el médico porque permite al médico, no solo interrogar al paciente sino, al hacerlo o comentar sus respuestas, mostrarle que conoce su enfermedad, sabe cosas sobre su enfermedad, puede hablar de ella y hacer una exposición teórica frente a sus alumnos. El estatuto del diálogo que el enfermo sostenga con el médico cambiará, a sus ojos, de naturaleza; comprenderá entonces que en la palabra del médico se está formulando algo que es una verdad aceptada por todos.
Tercero, la clínica es importante porque, en cierto modo, consiste no sólo en interrogar puntualmente al enfermo, sino en hacer delante de los estudiantes la anamnesis general del caso. El enfermo verá desplegar ante sí hable o no, su propia vida, que va a tener realidad de enfermedad, pues se ha presentado efectivamente como tal frente a estudiantes que son estudiantes de medicina.
Por último, citando a Falret al pie de página dice: Con frecuencia, el relato de su enfermedad, hecho en todas sus viscisitudes, impresiona intensamente a los alienados, que dan testimonio de su verdad con una satisfacción visible y se complacen en entrar en los mayores detalles para completar el relato, asombrados y envanecidos, en cierto modo, de que se hayan ocupado de ellos con el suficiente interés para conocer toda su historia. (MF;2008;219 a 221) 
Los cuatro elementos de la realidad -poder del otro; ley de la identidad; confesión de lo que es la locura en su naturaleza, en su deseo secreto; retribución, juego de intercambios, sistema económico controlado por el dinero- vuelven a encontrarse en la clínica. El médico va a utilizar esos tópicos, hacer prevalecer su palabra, obligar a reconocer su identidad y aceptar su locura y aceptar el sistema de intercambios.
El rito de presentación clínica de enfermos, de enorme importancia desde 1830 a 1974, hasta nuestros días, el médico se erige en maestro de verdad. La presentación  clínica de enfermos es el gran amplificador del poder psiquiátrico. La técnica de la confesión y el relato se convierte en obligación institucional, la realización de la locura como enfermedad adquiere el carácter de episodio necesario y el enfermo entra, a su vez, en el sistema de ganancias y satisfacciones obtenidas por el encargado de curar.
En la escena clínica vemos cómo se ponen en acción no tanto contenidos de saber cómo marcas de saber, a través de los cuales se perfilan y actúan los cuatro tentáculos de la realidad.   El psiquiatra como un personaje médico, unido su cuerpo al espacio asilar y su funcionamiento que absorbe y somete al cuerpo del loco.

jueves, 17 de agosto de 2017

Taller de estudios decoloniales de Junín. Reunión de agosto de 2017

Taller de Estudios decoloniales Junín 2017 – 4° reunión

El sábado 19 de agosto, desde las 18:30, en una nueva reunión del Taller de Estudios Decoloniales, en Gea Libros -Lavalle 381- trataremos de ampliar la reflexión sobre algunos temas de actualidad desde la perspectiva del pensamiento decolonial, sin perder de vista la problemática de los pueblos originarios y el marco conceptual de las “20 Tesis de Política” de Enrique Dussel.
Para ubicar algunos de los conceptos básicos de esta perspectiva proponemos ver un fragmento de una exposición de Dussel (del minuto 7:00 al 23:38) que se puede ver completa en esta dirección: https://www.youtube.com/watch…
A partir de las precisiones que expone Dussel en este tramo de su charla buscaremos avanzar en la reflexión sobre hechos y procesos que manifiestan la existencia de profundas contradicciones en la consideración de la vida cotidiana y promueven una fuerte controversia social, política y económica.
Contaremos este sábado con la participación de la licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales Verónica Azpiroz Cleñan, doctoranda en Salud Colectiva de la UNLA y miembro del Lof Epu Lafken de Los Toldos (Bs. As.).
Esta convocatoria busca promover el intercambio de reflexiones y aportes, en función de lograr acuerdos o establecer divergencias, y compartir lo que surja de la construcción común, teniendo presente la afirmación de Ramón Grosfoguel: “Nadie escapa a la clase, lo sexual, el género, lo espiritual, lo lingüístico, lo geográfico y las jerarquías raciales del «sistema mundo moderno colonial capitalista patriarcal».”
Comentarán Claudia Lamelza, Laura Tortoriello, Mauricio Madrea, Jorge Alonso, Gastón Viola Prioli, y Mateo Ciampagna.
Referencia bibliográfica:
stop://enriquedussel.com/txt/Textos_Libros/56.20_Tesis_de_politica.pdf