lunes, 30 de julio de 2012

La puesta en juego del sujeto


 Un resumen de "El autor como gesto", en   el libro "Profanaciones" de  Giorgio Agamben, Adriana Hidalgo, Buenos Aires. 2005.

Jorge Alonso.


Agamben analiza a Foucault respecto de la conferencia del 22 de febrero de 1969 “¿Qué es un autor?”,  la diferencia entre el nombre de autor y el nombre propio. Caracteriza la función-autor en nuestra época diciendo que hay un régimen particular de apropiación, que sanciona el derecho de autor, que incluye la posibilidad de perseguir y castigar al autor de un texto. La función autor posibilita la selección y distinción de discursos en textos literarios y científicos. La función autor autentifica o da el carácter apócrifo de un texto. La función autor da cuenta de la dispersión de la función enunciativa en más sujetos que simultáneamente ocupan lugares diversos. La función autor permite construir una función transdiscursiva, y el autor se convierte más allá de los límites de su obra en un instaurador de discursividad.

Agamben continúa su análisis diciendo que dos años más tarde en Búfalo, Foucault va por más acentuando la oposición entre autor-individuo real y la función autor. El autor no es una fuente indefinida de significaciones, sino que hay un principio funcional a través del cual la cultura delimita, excluye, selecciona y obstaculiza la libre circulación, la libre manipulación, la libre composición, descomposición y recomposición de la ficción.

Continúa el análisis y se pregunta por la relación del sujeto con el autor. Va a decir que la función autor aparece como un proceso de subjetivación, el individuo identificado y constituído como autor de unos textos determinados. Citando a Foucault: “la huella del escritor está sólo en la singularidad de su ausencia; a él le corresponde el papel del muerto en el juego de la escritura”.

Agamben sigue el análisis tratando de explicar lo anterior haciendo referencia al escrito de Foucault, “La vida de los hombres infames”, y dirá  allí  que “la ilegibilidad del sujeto aparece por un instante en todo su esplendor”. El texto concebido como una antología de documentos de archivo, registros de internación, cartas de encarcelamiento, dirá que en las cuales el encuentro con el poder, en el momento mismo en que los marca la infamia, arranca a la noche y al silencio existencias humanas que de otro modo no habrían dejado huella alguna. Dice que:

“las vidas infames comparecen solamente en la cita que hace de ellas el discurso del poder, fijándolas por un momento como autoras de actos y discursos criminales; sin embargo, como en aquellas fotografías en las cuales nos mira el rostro remoto y al mismo tiempo vecinísimo de una desconocida, algo en aquella infamia exige el propio nombre, testimonia de sí más allá de toda expresión y de toda memoria”

Se pregunta “de qué modo estas vidas están presentes en las torvas, estrábicas anotaciones que las han consignado por siempre al archivo impiadoso de la infamia. Los anónimos escribas solo marcaban la infamia. Este gesto con que han sido fijadas dirá “parece sustraerlas  para siempre a toda posible presentación, como si comparecieran  en el lenguaje sólo a condición de permanecer absolutamente inexpresadas”.

El gesto, aquello que permanece inexpresado en todo acto de expresión, tal como se ha visto, es el punto que caracterizaría al infame, y se constituiría en el paradigma de la presencia-ausencia del autor en la obra. El autor está presente en un gesto que la hace posible la expresión en la medida misma en que instaura en ella un vacío central.

Agamben va a articualar  “la vida de los hombres infames”, el autor y el sujeto.

La vida de los hombres infames

Agamben se pregunta acerca cómo es esta presencia singular, en la cual una vida se nos aparece sólo a través de aquello que la imputa y la distorsiona hasta convertirla en mueca? Foucault responde “no encontrarán aquí una galería de retratos: se trata en cambio de trampas, armas, gritos, gestos, actitudes, astucias, intrigas de las cuales las palabras han sido los instrumentos. Las vidas reales han sido ´puestas en juego´ en estas frases; no pretendo decir que han sido allí figuradas o representadas, sino que, de hecho, su libertad, su desventura, muchas veces aun su muerte y, en todo caso, su destino, han sido allí, al menos en parte, decididos. Estos discursos se han cruzado verdaderamente con las vidas; estas existencias han estado efectivamente arriesgadas y perdidas en estas palabras.


El autor

El autor señala el punto en el cual una vida se juega en la obra. Jugada, no expresa; jugada, no concebida. Por esto el autor no puede sino permanecer, en la obra, incumplido y no dicho. Él es lo ilegible que hace posible la lectura, el vacío legendario del cual proceden la escritura y el discurso.

El sujeto

El sujeto como los casos anteriores, no será algo que pueda ser alcanzado directamente como una realidad sustancial presente en alguna parte; por el contrario, es aquello que resulta del encuentro y del cuerpo a cuerpo con los dispositivos en los cuales ha sido puesto en juego.

Conclusión

Así como el autor debe permanecer inexpresado en la obra, y sin embargo, precisamente de esta manera, atestigua su propia irreductible presencia, así la subjetividad se muestra y resiste con más fuerza en el punto en que los dispositivos la capturan y la ponen en juego. Una subjetividad se produce donde el viviente, encontrando el lenguaje y poniéndose en juego en él sin reservas, exhibe en un gesto su irreductibilidad a él. Todo el resto es psicología, y en ninguna parte en la psicología encontramos algo así como un sujeto ético, una forma de vida.

sábado, 21 de julio de 2012

Seminario Arte, cultura, conocimiento y vida nacional de Hector Marteau en Junín

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Seminario a cargo del Lic. y Esp. Héctor R. Marteau, integrante del IUNA, profesor de las universidades nacionales de Mar del Plata, Tres de Febrero, Salta y La Plata. Profesor Titular Ordinario, Director de Investigación y Profesor de las Maestrías en DDHH, Ciencia Política y Filosofía Práctica Contemporánea en dichas universidades.

El hombre americano no es una utopía, tampoco un hecho dado… es un problema que va siendo revelado sobre todo por el arte, por la creación cultural y exige ser pensado. La crisis del llamado pensamiento occidental también llega a nuestros territorios, pero no como reflejo o proyección de sí, sino como manifestación de sus límites y desafío a nuestra capacidad reflexiva, activa, autónoma. Es necesario pensar y redescubrir la experiencia latinoamericana, que es la propiamente americana.
Dar vuelta la historia, exponer el saber sistemático y la ausencia de sujetos es una sola cuestión para nosotros: volver visible lo invisible (de lo racial, de la exclusión, de lo  subalterno) y apagar lo periférico y lo subdesarrollado de un proyecto histórico moderno que creó la colonialidad del saber, del poder y del ser.
Ser hegeliano, marxista, heideggeriano, sartreano o popperiano no es lo nuestro, aunque debamos conocerlo y superarlos. Vivimos, estamos en cartografías mentales e históricas heterogéneas y transculturales: a ellas debemos abocarnos.
Esta es una propuesta de lectura crítica, participación creadora y descubrimiento de otros mundos que  portamos en nosotros mismos. El Taller está dirigido a docentes y estudiantes de nivel superior y universitarios, a profesionales, escritores, artistas y personas interesadas en adquirir información y base conceptual comprensiva del cambio cultural y epistémico que hoy se está operando en los principales centros de estudio y de prácticas sociales, desde el mundo ‘chicano’ al extremo sur americanos.
Estas nuevas conceptualizaciones se realizan desde fines del siglo XX, en Universidades de EE.UU., México, Cuba, Puerto Rico, Brasil, Uruguay, Chile y principalmente en Bolivia, Ecuador y Perú, y se apoyan en una relectura del lugar americano frente al universalismo eurocéntrico.
Temas como la colonialidad del saber, del poder y del ser descubren la importancia de los imaginarios que coexisten y luchan entre sí, desde 1492, en una mezcla, hibridación y complejidad que parten de los pueblos originarios, los afroamericanos y el mundo criollo.
Las subjetividades en conflicto, en el interior del espacio de la región, como contracara de la crisis de subjetividades en la modernidad, son analizadas desde el comienzo de la relación modernidad/colonialidad como procesos centrales, estructurales y vivos en las actuales prácticas sociales y teorizaciones. Para nuestro país ello implica re-analizar el lugar del Estado, de los federalismos, de las prácticas culturales, de las especificidades,  de las invisibilidades y rechazos de un mundo plural, que ponen en juego los roles individual y colectivo. Bartolomé de las Casas, Descartes, Montesquieu, Kant, Hegel, Marx, Derrida, Levinas o Agamben coexisten con Waman Poma de Ayala, Cugoano, Du Bois, Mariátegui, Glissant,  C. West y los integrantes del actual “giro decolonial” .
Acreditación: certificado oficial para docentes de nivel secundario y estudiantes de terciario; acreditación (crédito por 32 hs.) para graduados universitarios. Son requisitos cumplir con las pautas de trabajo exigidas en este nivel (arancel $300 en tres pagos). Quienes sólo concurran (mínimo 75%) recibirán una certificación de asistencia (arancel $200 en tres pagos). La documentación será emitida por el IUNA, Departamento de Artes Visuales, Cátedra Fundamentos Teóricos de la Producción Artística.
Reunión inicial: sábado 11 de agosto de 2012; hora 9, Colegio de Arquitectos, Lavalle 82.
Consultas 0236-4431354/154597676 ó ciampagnajm@yahoo.com.ar

Presentación del libro de Mateo Ciampagna "Pensar el presente"

domingo, 8 de julio de 2012