viernes, 22 de enero de 2010

Sandra Pintos y sus miradas inquietantes (*)

La obra de Sandra se presenta del lado de la identidad, de un sujeto frente a sí, en ese instante de soledad, en el desfallecimiento del sujeto ante la intromisión del fármaco invasivo dominante, para que se encargue del virus también invasivo y corrosivo. Entre la desintegración mortífera y la unificación necesaria, codificada, sujetando a punta de pistola, pero con un código de barra, como única salida, pero anonadante de los rincones y esquinas del yo. La prioridad que barre y borra, relega las riquezas de la erótica, del deseo, del amor, de la belleza y gracia de un rostro o de un cuerpo de mujer.

En los cuadros “insectos merodeando, pestilencias en tu puerta” y “código de (v)arra” surge en la escritura de los mismos, la idea que presento.

Una escritura de “insectos merodeando, pestilencias en tu puerta” (**)

“Insectos merodeando, pestilencias en tu puerta”. Expectativa, extrañamiento inquisitivo, entre el dominio y la destrucción.
El cuerpo de espalda luminoso vivo, albo y argento, erótico, de caderas femíneas, con un vestido negro, acicalado, ataviado, sugerente e incitante, descubre su espalda; el pelo que baja hasta la cintura, trenzado, como ristras de rosario, con un gesto atrapa, sujeta, apresa, inmoviliza, e inquiere a la imagen.
La imagen del espejo más difusa y oscura, con rostro apacible, desafecto e irreductible insubordinado, la mirada triste y compasiva, devuelve, es lo que hace, en ese preciso instante siniestro, angustia a secas.
Pestilencias aledañas, el peligro.
Seducción y muerte. Con femenino dominio. Como un cordero al sacrificio. Sin pestilencias no hay cuerpo erótico.
El cuadro relanza el juego del espanto y el sexo. Placer y sexo en su mayor distancia.
Amor y desamor y la presencia de las pestilencias. Por el amor o por el desamor. Amor furtivo, amor destructivo, amor y destrucción, imagen del cuerpo y disgregación. Acaros bajo la imagen. Zoom visión microscópica de la pregnante imagen del cuerpo especular.

“Código de (v)arra” (**)

Código de (v)arra, rostro a punto de desintegrarse inmóvil, congelado, descubre una imposición, su identidad en un código de (v)arra. Una identidad troquelada en cifra, acontece la fijación al código, fármaco fetichista, objeto y sujeto por los peldaños de barras inseparables, intensidad del fármaco corre ante la desintegración de la vida y en su urgencia cae el sujeto en la biopolítica, el dominio o gobierno, un poder moderno, cifrado, químico… atrapado en las barras desespera el sujeto borrado?, barrido?, mejor, barrado,… se borra, se barre, se barra, pero late en el papel con pulso y conjura.

No puedo a esta altura más que decir que nada obsta para dar vuelta la cuestión. Me refiero a que si bien queda a vista la imposibilidad del existente de sujetarse, de identificarse a un código de barra, más allá del congelamiento del fármaco. Más allá de ello puede plantearse la cuestión en términos de la imposibilidad del sujeto de también de reabsorverse en el plano del deseo y del amor y de la erótica. La obra de Sandra permite situar ese lugar donde el sujeto se reconoce, o presencia la dificultad de localizarse en el campo del deseo y la erótica, por el horizonte de finitud en el cuerpo, del destino mortífero del mismo, por lo efímero del campo de la erótica, de su caótica cotidianeidad.

La cuestión de la mirada, se presente de un modo muy particular en estos cuadros, la inquisición al espejo y la mirada perdida, ausente. Hay tres formas en que se captura la mirada según Quignard . Tres figuras aladas secuestran Hypnos, Eros y Thanatos, agrega que los modernos plantean el sueño, la fantasía erótica y el fantasma. Las miradas en los cuadros citados de Sandra no se dirigen a una sola figura alada, no es sólo thánatos, no es solo eros, no es solo un sueño. No se fuerzan las cosas si digo que es con los tres y eso es lo que sorprende e inquieta en sus cuadros.

Jorge alonso



(*) Anticipo del libro sobre la obra de Sandra Pintos.
(**) Se encuentran fotos de ambos cuadros en www.sandrapintos.com.ar

1 comentario:

  1. Excelente la obra de Sandra e interesante el texto de Jorge!!!!
    Graciela Cianfagna

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