domingo, 11 de septiembre de 2011

Homosexual - Heterosexual . Crítica de un par conceptual. Raquel Capurro. Revista Querencia Uruguay.

- ¿De qué les sirve tener un nombre ?preguntó el moscardón
-A ellos no les sirve de nada, respondió Alicia, pero supongo que le es útil a quienes dan los nombres.
(Lewis Caroll, "Del otro lado del espejo",1871)

Los animales se dividen en : a) pertenecientes al Emperador, b)embalsamados c) amaestrados d) lechones e) sirenas (…)
(J. L. Borges "Otras inquisiciones", 1971, citado por M. Foucault en el prefacio a "Las palabras y las cosas")


La palabra "crítica " resulta ser una clave de la filosofía de las Luces, de la Aufklärung del siglo XVIII, piedra angular de nuestra modernidad. En ese movimiento Jacques Lacan y Michel Foucault encontraron - cada uno por su lado y ambos de forma explícita - un antecedente filosófico a la actitud que sostiene sus respectivas elaboraciones.

Para Foucault la posibilidad de una actitud crítica 2 aparece ligada al hecho de que ya no puede reflexionarse sobre la ciencia por fuera de su historia la que , al mismo tiempo, es la historia de la racionalidad. Más aún, esa historia no puede captársela por fuera del diseño que la actualidad confiere a nuestras preguntas.

Consideramos que las elucubraciones de Freud sobre su práctica y todas las que luego se han inscripto en el campo freudiano están concernido por este planteo.

Aunque los términos "homosexual - heterosexual" no se originaron en el ámbito del psicoanálisis fueron, sin embargo, tempranamente incorporados por Freud a sus elaboraciones teóricas para calificar no sólo al sujeto según su elección de objeto sino también a las identificaciones y movimientos de la libido y esto en las más diversas estructuras subjetivas. Si bien las palabras sufrieron en ese trasvasamiento una serie de modificaciones, estas no implicaron la crítica de ciertos a priori sobre la sexualidad que se daban por supuestos. La removedora propuesta que desde los Tres ensayos…Freud no cesa de articular con su teoría pulsional no deja de pagar tributo a su época. En este punto la arqueología de estos términos debiera renovar nuestra lectura de Freud

El análisis histórico implica una toma de posición inicial: la de considerar que estos conceptos no nombran invariables esencias sino que son construcciones históricas. En este caso, estamos sosteniendo que las relaciones con un partenaire del mismo sexo han tomado a lo largo de la historia y de las culturas, formas y funciones muy diversas. Sería engañoso recubrirlas con un sólo término que recién aparece en Occidente a fines del siglo XIX. Los argumentos desplegados por ejemplo, por un David Halperin acerca de las ventajas heurísticas de la posición constructivista, pueden convencer al que duda en este punto, de lo que se gana adoptando esta estrategia en la redoblada atención a que nos obliga en el análisis de las particularidades culturales3.

Un paso más subtiende este trabajo al hipotetizar que los términos de homo y hetero funcionan como un par. ¿Qué argumentos justifican esta proposición ? Enlace para continuar su lectura

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