Jorge Alonso
Ponencia presentada el jueves 7 de noviembre
de 2013, a
las 19:30 horas, en el Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V.
González, en conmemoración del día del “Oji”, organizado por la asociación
Cariatide, Asociación Argentina de cultura helénica, cuya convocatoria era “Grecia revisitada: Cornelius Castoriadis
pensador radical de la actualidad”. Integraron la mesa: Liliana Ponce, Raul
Oller, Jorge Alonso, moderador Jerónimo Brignone.
Entrada
Pensar la
actualidad de la subjetividad y los sujetos desde un pensamiento radical,
partiendo de Castoriadis, invita a unos
breves recorridos, referencias y relaciones con otros autores, Lacan y Foucault
que contemporáneos a Castoriadis van a plantear creo yo, en sus elecciones
temáticas, de citas, de autores y de prácticas, y en relación al sujeto, una
atracción hacia los griegos, hacia los orígenes, pero en la particularidad en
que los griegos se remiten al origen, en su indeterminación, haciendo estallar
la idea de un universo seguro, natural y ordenador como presupuesto. Han
aportado, por consiguiente, componentes del pensamiento griego, al pensamiento
de la actualidad del sujeto y la subjetividad, y de cómo la cuestión del
vaciamiento del origen plantea formas en que los sujetos tratan con ello, y que implicancias tiene. La
presencia o desaparición del sujeto en nuestros tiempos permite ser pensada de
esta forma.
Castoriadis
Castoriadis
pensador radical de la actualidad, tanto de la subjetividad y como de la
política. Lleva algunos planteos hacia los extremos para poder ver mejor. Si
pensar la realidad es pensar todas las presentaciones y representaciones que
nos podamos hacer acerca de todo, habría que delimitar entre lo determinado y
indeterminado, y desde ahí poder desprender lo clasificable y ordenable, etc.,
pero siempre abierto a lo indeterminado. Sería el modo de pensar la autonomía
psíquica y social.
Castoriadis en el libro Los dominios del hombre Las encrucijadas del
laberinto, en La lógica de los magmas
y la cuestión de la autonomía, escrita en mayo-junio de 1981, cita una carta de Cantor a Dedekind del 28 de
julio de 1899 quien hace una distinción lógica que le permitirá separar en el
campo de los conjuntos lo determinado, pero abierto a lo indeterminado, (minimizando
la cuestión de lo finito y lo infinito)
“toda multiplicidad es o
bien una multiplicidad que es inconsistente o bien es un conjunto. Decir de una
multiplicidad que es inconsistente implica, por cierto, que esa multiplicidad es: ella es, de una manera que hay que precisar y que Cantor no precisa.
Resulta claro que no se trata del conjunto vacío en el cual es un conjunto de
pleno derecho y con su lugar dentro de la teoría de los conjuntos (CC,2005,193)
En la Institución imaginaria de la sociedad, Castoriadis afirma que
“lo que es, en cualquier dominio, se
presta a una organización identitario-conjuntista y no es congruente con ésta en su totalidad y en última instancia”.
(CC,2010,429). Y continúa su pensamiento respecto de la distinción entre lo
identitario-conjuntista y la idea de totalidad diciendo que:
Toda ordenación en
conjuntos, toda categorización, toda organización que en ello
instauremos-descubramos, tarde o temprano se demuestra parcial, lacunar,
fragmentaria, insuficiente, e incluso, que es lo más importante,
intrínsecamente deficiente, problemática y, finalmente, incoherente. (CC,2010,429)
De este modo plantea una distinción
entre lo determinado y lo indeterminado. Al analizar la cuestión de la psique y
de lo histórico social dirá que se trata de “dos expresiones de lo
imaginario radical: allí, como imaginario radical; aquí como imaginario
social” (CC,2010,430). Castoriadis analiza la institución histórico-social y la
psique como imaginación radical, “como emergencia de representaciones o flujo
representativo no sometido a la
determinidad.
Parece establecer esta distinción en
el modo de ser del psicoanálisis. Según Freud el inconciente ignora el tiempo y
la contradicción y no constituye un lugar. El inconciente es un flujo
indisocialmente representativo/afectivo/intencional y no está sometida a las
exigencias de la determinidad. Esta visión contrasta algunas definiciones del
inconciente como una estructura lógica, o aquella que lo comparar con una
estructura lingüística, donde algunas funciones como la metáfora y la metonimia
se asimilan a la condensación y desplazamiento en el sueño.
La índole de la psique es génesis de representaciones, a partir de una cantidad ínfima de
representaciones arcaicas que eran el
mundo, a partir del cual comienza un largo trabajo de formación del individuo.
Desde una fusión e indistinción al origen hacia una lógica identitaria, de un magma representativo-imaginario del
inconciente, hacia un esquema de la discreción, la identidad y la separación.
“En este sentido la representación es en realidad inanalizable”. “Toda
descomposición en elementos es aquí un artefacto provisional, toda imposición
de esquemas separadores-unificadores es un torpe intento de abarcar un ente en
la indefinidad de dimensiones con
unos pocos jirones que se le han arrancado.”(CC,2010,434) “El abismo que separa
la indefinidad de la representación del infinito matemático del orden más
elevado, es más profundo todavía que el que separa el infinito matemático de un
número banal” (CC,2010,434)
Respecto de la asociación libre dirá
que no se trata de una relación, no supone un orden necesario, ni una
correspondencia en el sentido de la teoría de los conjuntos.
La representación dirá que lo único
que da es “la multiplicidad inconsistente” de la que hablaba Cantor, las
determinaciones no son ni decisivas, ni indiferentes, solo puntos de apoyo para
la marcha del discurso. En la representación dirá “lo obligatorio es trivial y
vacío, y lo imposible casi no existe” (CC,2010,435)
“la verdadera interpretación del
sueño es una empresa específica, en un contexto práctico-poético singular, el
del análisis; las correspondencias que éste establece entre representación y
sentido sólo tienen valor en el contexto del análisis, pero no son
generalizables, ni transportables, ni tampoco verificables en la acepción
aceptada de este término. No quiere decir esto que sean arbitrarias, que puedan
decir cualquier cosa; pero su significación puede ser constantemente retomada,
y en un análisis digno de tal nombre, siempre lo es en teoría; sólo existe para
el sujeto analizado, sujeto enigmático por excelencia, desconocido, que no es
el paciente tal como es, ni el paciente tal como debiera ser según una norma
fijada de antemano, sino el paciente tal como se hace y se hará en y por el
proceso analítico.” (CC,2010,438)
Castoriadis se interrogará acerca
del valor de la interpretación, y de la producción del sentido como se ve en el
párrafo anterior, pero en cuanto al modo de ser del inconciente, apoyándose en
Freud, a quien cita: “todo sueño tiene por lo menos un lugar en el que es
insondable, como un ombligo, por el cual está unido al inconciente
(CC,2010,438) “un nudo imposible de desatar, algo que no tiene acabamiento,
indeterminado, apeiron, indefinido, condensación de lo que es inaprensible,
articulación de lo que no se deja articular. ¿Cuál es el sentido de la
interpretación? Sentidos contradictorios, deseos incompatibles, ambivalencia de
los afectos.
La producción de distintas
representaciones, de distintas conciencias, de distintos retazos, que va a
requerir la puesta en funcionamiento del esquema de la separación, al servicio
de cual aparecerán las instancias psíquicas. Entraríamos de este modo en la
lógica identitaria.
Sin embargo, Castoriadis cuando se
interroga acerca del modo de ser del inconciente, señalará:
La alógica del
inconciente es, pues, algo completamente distinto que la yuxtaposición de
diversos ejemplares diferentes de la misma lógica. El inconciente no depende de
la lógica identitaria ni de la determinidad. Producto y manifestación continua
de la imaginación, su modo de ser es el de un
magma. (CC,2010,441)
Lacan
Hay una contemporaneidad de Castoriadis
con ciertos planteos y anécdotas que incluye a otros pensadores franceses, y
que se anuda alrededor del mayo francés. Por un lado, Lacan y por otro a
Foucault.
En una conversación en los escalones
del Panteón entre Lacan y un grupo de discípulos, responde algunas preguntas,
ya que no puede hacer su seminario porque está cerrada la facultad de derecho.
Vienen hablando de los aportes que pueden significar en el campo de la
filosofía, la enseñanza de Lacan que el dice que surgen de su experiencia analítica.
Le preguntan: “lo que usted dice está siempre descentrado en relación al
sentido, usted rehuye el sentido” (JL, 1992, 157) El responde y curiosamente
mencionará a Castoriadis dando una respuesta contrastando su enojo y
coincidencia con Cornelius.
Allouch interpreta que luego de que
Foucault promulgara su conferencia ¿Qué
es un autor? el 22 de febrero de 1969, a la que asiste Lacan, Lacan inicia su
Seminario El reverso del psicoanálisis,
el 10 de diciembre de 1969. En ese seminario, el 13 de mayo de 1970, Lacan
apunta a Castoriadis como hemos mencionado, con quien mantiene un desacuerdo.
En La institución imaginaria de la
sociedad, en el prólogo de 1974, Castoriadis refiere que los estudios sobre psicoanálisis
son realizados entre 1965 y 1968. Allouch
dirá que Lacan continuó a Foucault, y desarrolló los cuatro discursos y
estableció una diferencia entre el discurso del amo y el discurso del analista.
Allouch planteará que Foucault no lo sigue en esa y su camino planteará otra
perspectiva. Luego del análisis del poder, del poder de soberanía, del poder
disciplinario (entre otros el poder psiquiátrico), y de la gubernamentalidad, dirá que más allá
de esos dispositivos de poder que se observan en el sujeto hay otros
dispositivos del yo que resisten a aquellos. Para introducir estas cuestiones
irá a los orígenes a los griegos, y planteará las cuestiones de la
espiritualidad.
En el libro El
psicoanálisis ¿Es un ejercicio espiritual? Respuesta a Michel Foucault,
Allouch toma alguno de los últimos cursos de Foucault para decir que el
psicoanálisis tiene una genealogía, y que en esa genealogía se encuentran las
escuelas griegas, estoicas, epicureas, cínicas y repasará algunos elementos
comunes, como el dinero, la transmisión, el pasar por el otro, la salvación, la
catarsis, el flujo asociativo. Pero además planteará que hay una distancia muy
grande entre la función psi, el poder psi, en términos de Lacan el sujeto
supuesto saber, y el psicoanálisis y postula que el psicoanálisis no pertenece
a ese proyecto de la ciencia y que más bien debe alejarse.
Foucault
Tomamos un fragmento de Frédéric
Gros comentando a Foucault en la situación del curso en La hermenéutica del
sujeto donde dice que “Foucault pronto afirmará que su principal preocupación
no es el problema del poder sino del sujeto, y lo es en sus escritos
desde hace más de veinte años: surgimiento del sujeto a partir de prácticas
sociales de división (Historia de la locura y Vigilar y castigar, sobre la
construcción del sujeto loco y el sujeto criminal); surgimiento del sujeto en
proyecciones teóricas ( Las palabras y las cosas, sobre la objetivación del
sujeto que habla, vive y trabaja en las ciencias del lenguaje, de la vida y de
las riquezas); por último, con la Historia de la sexualidad, “nueva
fórmula”: El surgimiento del sujeto en las prácticas de sí, en vez de ser
constituido por técnicas de dominación (poder) o técnicas discursivas
(saber).” (MF, 2006:484)
En La Hermenéutica del sujeto de
Foucault, Curso de 1982 surge una nueva tensión del sujeto. La inquietud de sí,
Epimeleia heautou, Cura sui, y por otro lado el sujeto del Conócete a ti mismo,
Gnothi seauton. En este texto, Foucault realiza una historia de la
práctica de la subjetividad: Forma de filosofía, de ejercicios, de prácticas
filosóficas o espirituales.
“Ocuparse de si mismo,
cuidar de sí, retirarse hacia sí mismo, retrotraerse en sí
mismo, complacerse en sí mismo, no buscar otra voluptuosidad que la
que hay en uno mismo, permanecer en compañía de sí mismo, ser amigo
de sí mismo, estar en sí mismo como en una fortaleza, rendirse culto,
respetarse”. (MF, 2006:30)
Aparecen con la moral estoica,
cínica y epicúrea. “Su ocultamiento se debió en parte al carácter egoista
frente a la moral cristiana y moderna” (MF, 2006:31), pero sobretodo por la
razón que Foucault denomina el momento cartesiano, dentro del problema del
sujeto y la verdad, que recalificó el Conócete a ti mismo, Gnothi
seauton y descalificó La inquietud de sí, Epimeleia heautou.
Las diferencias entre
Filosofía y espiritualidad. Filosofía: “forma de pensamiento que se
interroga acerca de lo que permite al sujeto tener acceso a la verdad, que
determina las condiciones y límites del acceso a la verdad del sujeto, del
sujeto a la verdad.” (MF, 2006:33)
Espiritualidad: “la búsqueda, la práctica, la experiencia por
las cuales el sujeto efectúa en sí mismo las transformaciones necesarias para
tener acceso a la verdad. Las búsquedas , prácticas, experiencias que pueden
ser las purificaciones, las ascesis, las renuncias, las conversiones de la
mirada, las modificaciones de la existencia, que constituyen no para el
conocimiento, sino para el sujeto, el precio a pagar por tener acceso a la
verdad. (MF, 2006:30) El recorrido permite situar con mucho detalle
el concepto de sujeto, por sobre los demás, asimismo que articula los conceptos
de sujeción y subjetivación.
El poder
disciplinario es un concepto desarrollado por Michel Foucault para describir el
poder político desde un punto de vista antagónico al de la teoría clásica del
poder, que construye sus modelos de análisis a partir de la
soberanía. Esta tipología, según Aristóteles, se construye en función de
cuantos individuos detentan dicho poder (monarquía, aristocracia y democracia o
tiranía, oligarquía y demagogia).
Foucault,
heredero de otro legado teórico, observa el poder desde un punto de vista
opuesto. No desde formas terminales (instituciones consolidadas), sino desde
sus formas capilares, sus “raíces fundacionales”.
Este poder
no soberano, diferente a la forma de soberanía, es el poder disciplinario.
Foucault ubica el nacimiento u origen de este poder en el siglo XVII, con el
desarrollo de la economía y la industria. La vieja mecánica de poder se veía
impotente ante los nuevos cambios y las relaciones entre los individuos que se
generaban. Por eso surge un nuevo mecanismo, la disciplina.
El poder, que
tenía como modalidad, como esquema organizativo, la soberanía, se hubiera visto
incapaz de regir el cuerpo económico y político de una sociedad entrada en una
fase de explotación demográfica y de industrialización, de modo que a la vieja
mecánica del poder se le escapaban muchas cosas, por arriba y por abajo, a
nivel de los individuos y a nivel de las masas. Para recuperar lo
particular tuvo lugar una primera adaptación de los mecanismos de poder,
dirigida a la vigilancia y el adiestramiento. Nace así la disciplina. Por eso
entre los siglos XVII y XVIII, fue el primero realizado, aunque sólo a nivel
local, en forma empírica, fraccionada y en el marco limitado de la escuela, el
hospital, el cuartel, la fábrica. “El objetivo del Poder
disciplinario es, en pocas palabras, manipular el cuerpo como un conjunto
de fuerzas que deben volverse útiles y dóciles”. (MF, 2005:66)
La disciplina, a
diferencia de la soberanía, no gira en torno a la regla jurídica, sino a la
regla natural, a la norma y por lo tanto, su código no es el de la ley sino el
de la normalización y se caracteriza por ser creadora de aparatos de saber y
conocimientos.
Castoriadis plantea el proyecto de
autonomía psíquico y social, y cierta forma de articulación de este proyecto.
Pero además hay un planteo de que dicha autonomía está dada por la lógica de la
determinación (lógica identitaria) y la indeterminación (abierta a la
autonomía).
Salida
Quiero remarcar una diferencia entre
estos autores. En Castoriadis, parece que la subjetividad es de un mismo orden
que lo colectivo, entre el sujeto y el campo social hay una especie de
continuidad y homologación. En Lacan, hay un contraste, al menos entre el
discurso del Amo y el discurso analista, ambas discursos antagonizan y
promueven cosas diferentes para el sujeto. Foucault las referencias al sujeto
son en relación a las posibilitades de resistencia al poder.
Quiero aventurar una similitud. La
corrida a hacia los griegos, como hacia los orígenes es una forma habitual de
los filósofos, particularmente los que estamos analizando. Sin embargo, lo que
van a encontrar en ese lugar de los orígenes, es la relación con la
indeterminación en el origen de la cosas. Un modo, de hacer estallar la idea de
un universo seguro, natural y ordenador como presupuesto. De esto último creo
que estos autores, Castoriadis, Lacan y Foucault, coincidieron en sostener en
su pensamiento, aportando desde el fondo del pensamiento herramientas radicales
para pensar la actualidad.
Bibliografía
Castoriadis Cornelius Los dominios del hombre Las encrucijadas del
laberinto, en La lógica de los magmas y la cuestión de la autonomía. 4°
reimpresión. Gedisa. Barcelona 2005.
Castoriadis Cornelius La Institución imaginaria de la sociedad. Buenos
Aires, Tusquets, 2010.
Lacan Jacques El reverso del psicoanálisis Paidós Buenos Aires, 1992.
Allouch Jean, El psicoanálisis ¿Es un ejercicio espiritual? Respuesta a
Michel Foucault. El cuenco de plata. Buenos Aires, 2007
Foucault Michel, La hermenéutica del sujeto. FCE
Buenos Aires, 2006
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