(Comentario publicado en el periódico La voz de los barrios, suplemento de cultura, en agosto de 2012)
El pensamiento de Mateo Ciampagna en
el texto filosófico “Pensar el presente”, es el de alguien que no contento con
señalar los límites provoca a los sujetos reales, políticos, epistémicos,
filósofos, a franquearlo y llegar a la arena de la realidad para trazarlos
nuevamente.
Su pensamiento pone en evidencia los
límites de la búsqueda de las estructuras formales y de la universalidad para explicar el presente, pero considera que
en su lugar tiene que haber una investigación histórica donde acontecimientos y
sujetos se expliquen.
Su pensamiento convoca al trabajo,
al esfuerzo, a la labor paciente de la filosofía para acceder a las propias
formulaciones que pongan a los sujetos en el horizonte de su libertad.
El eje de la cuestión sigue estando en el ethos filosófico o ´actitud límite´, en el análisis de los límites y la reflexión sobre ellos, en una crítica que es genealógica en su finalidad y arqueológica en su método, en una crítica que procura volver a lanzar tan lejos y tan ampliamente como sea posible el trabajo indefinido de la libertad (Ciampagna, 2012, 87).
El autor cita a Foucault que va a
hablar en términos de franqueamiento posible de los límites
“Foucault lo plantea en
estos términos “se trata en suma de transformar la crítica ejercida en la forma
de la limitación necesaria en una crítica práctica en la forma del
franqueamiento posible. Como es obvio, esto trae como consecuencias que la
crítica ya no se va a ejercer en la búsqueda de estructuras formales que tengan
un valor universal, sino como investigación histórica a través de los acontecimientos
que nos condujeron a constituirnos, a reconocernos como sujetos de lo que
hacemos pensamos y decimos” (C, 2012,
87)
En el párrafo que sigue el autor
señalará la idea del ethos filosófico, que lleva a un trabajo de nosotros
mismos sobre nosotros mismos
Foucault resume su idea
sobre el ethos filosófico propio de la ontología crítica de nosotros mismos afirmando
que la caracteriza “…como una prueba histórico-práctica de los límites que
podemos franquear, y por ende como trabajo de nosotros mismos sobre nosotros
mismos en tanto seres libres.
En esta vía filosófica
la crítica de lo que somos es a la vez análisis histórico de los límites que se
nos plantean y prueba de su franqueamiento posible, “…es decir, una labor
paciente que le de forma al impaciencia de la libertad.” (C,2012,89)
Este libro desafía a la práctica de
la filosofía a no quedarse en la comodidad de los universales posibles, y
situarse en impaciencia de la libertad. Creo también, que desafía a las
prácticas políticas, sociales a que localicen su actuación en una lectura del
presente, que también en una lectura territorial y local.
Bienvenido el desafío contra tanta
práctica colonializada y dependiente en tiempos de la pampa sojera transgénica
y transnacional y tanta prédica de la seguridad y control que ciega las
perspectivas de la libertad e igualdad.
Jorge Alonso
Agosto 2012
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